Normas y métodos de ensayo
La Prueba de Eficacia Conservante se basa en una contaminación artificial creada en las muestras en condiciones de laboratorio y en los datos numéricos obtenidos en relación con esta contaminación.
El resultado de la prueba se determina evaluando el número logarítmico de microorganismos en el producto contaminado artificialmente en determinados intervalos de tiempo (como los días 2, 7, 14 y 28).
ISO 11930: La norma ISO 11930 proporciona directrices normalizadas para evaluar la eficacia conservante de los productos cosméticos. Este método es crucial para probar los sistemas de conservación inoculando productos con 5 cepas específicas de microbios (Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, E. coli, Candida albicans, Aspergillus brasiliense) y controlando su crecimiento a lo largo del tiempo. Garantiza que los productos sigan siendo microbiológicamente seguros durante toda su vida útil.
El proceso se inicia inoculando el producto con los siguientes microorganismos;
- Pseudomonas aeruginosa ATCC®9027
- Staphylococcus aureus ATCC®6538
- Escherichia coli ATCC®8739
- Candida albicans ATCC®10231
- Aspergillus brasiliensis (A. niger) ATCC®16404
en condiciones de laboratorio y con un número de microorganismos adecuado a los métodos de referencia.
¿Cuándo es necesaria una prueba de provocación?
La prueba de provocación se utiliza para evaluar la protección de una formulación cosmética frente a la contaminación microbiana. Se aplica a todos los productos cosméticos, a menos que cumplan los criterios de exención. Para conocer los criterios de exención, consulta nuestro artículo “¿Qué productos están exentos de la prueba de provocación?”.
¿Necesitas una prueba de provocación? ¡Echa un vistazo a nuestra Prueba de Eficacia Conservante (Desafío)!